La Medicina Nuclear es la rama de la medicina que utiliza la radiactividad con fines diagnósticos y de tratamiento; es por lo tanto el paciente quien recibe un fármaco controlado y que emite una dosis de radiación conocida. Esa sustancia radiactiva que se incorpora a la persona después de ser bebida, inyectada o inhalada, se detecta mediante equipos que permiten obtener un registro llamado centellografía o gammagrafía que muestra exactamente el “camino” que ha seguido esa sustancia y en qué órgano y de que forma ha llegado y se ha incorporado. También es posible registrar “cortes” tomográficos mediante la técnica S.P.E.C.T. (sigla en inglés que significa Tomografía Computada de Emisión de Fotón Único).

Procedimiento

Una vez administrado el radiofármaco o sustancia radiactiva, el paciente se acuesta en la camilla del equipo y, con el sistema de detección se ubica el órgano en estudio o bien se puede recorrer el cuerpo entero desde la cabeza hasta los pies a fin de localizar la sustancia incorporada. Los estudios son absolutamente indoloros, salvo el pinchazo de la pequeña inyección que se aplica en aquéllos que así lo requieren y suelen durar unos pocos minutos.

Preparación

En líneas generales los estudios de Medicina Nuclear no requieren preparación especial, salvo lo inherente a remedios que pudieran interferir con la sustancia que se administra y en el caso de los niños, la conveniencia de posponer la alimentación con mamadera hasta el momento de realizar el estudio. Estas situaciones serán advertidas y en el momento de requerir un turno tanto para los estudios como para realizar tratamientos con fármacos radiactivos.

Precauciones

Los estudios y tratamientos de Medicina Nuclear están contraindicados por lo general en mujeres embarazadas. En caso de tratamientos, las pautas son dirigidas en forma personal a cada paciente por los Profesionales Médicos del servicio.